Llevaba meses sin escribir aquí. Y no era porque no me acordaba, en realidad tenía presente este blog en mi cabeza pero el tiempo no me ha dejado disfrutar de él como hubiera querido. Han sido meses de horribles exámenes memorísticos, tipo test y de preguntas sin sentido práctico. Meses de sufrimiento personal, de indignación, rabia y reflexión. Meses de incertidumbre y de pérdida de motivación, ahora ya más recuperada.
Estos meses de adaptación no han sido demasiado buenos en resultados numéricos para mí, pero sí sé que he aprendido muchísimo, que cada vez tengo más claro lo que quiero hacer como docente y eso no me lo quita nada ni nadie, ningún acta de notas hará que vuelva a desplomarme. Sé que tengo que ser fuerte y no preocuparme tanto por ese tipo de resultados. Porque sé que los resultados sí los he obtenido, aunque no quizás de la forma que han querido. Tengo que cambiar el “chip” y darme cuenta de que sólo podré ser maestra si me someto y apruebo esas horribles pruebas de memorización a veces absurdas. Y ser maestra es lo que más deseo, cada vez más y con más fuerza. Las contradicciones que encontraré por el camino sólo me harán más fuerte y más consciente de lo que quiero hacer en un aula de primaria y en la vida al fin y al cabo.
Siento si he defraudado a alguien. Se me llenan los ojos de lágrimas de nuevo al pensar que mis padres pueden pensar que les he fallado. No tengo valor para decirles que de nuevo esta semana he suspendido otro examen, otro más que fue como si me clavaran un puñal en toda mi alma. Un horrible 4,9 que pensé que no soportaría más. Pero llegó y poco puedo hacer para remediarlo.
Me quedo con todo lo que he experimentado en estos días. He vivido en primera persona ese tipo de fracasos a los que se siguen sometiendo los niños en los colegios, e intento verlo como otra experiencia más, otra columna que hace fortalecer la estructura del modelo educativo en el que quiero trabajar.
Quiero hablar de muchas cosas en el blog. Tengo que poner al día mis reflexiones y utilizar este espacio para lo que creo que es realmente importante. Poco a poco.
